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Recorridos y paseos por La Habana (I). La Plaza de Armas y su conjunto.

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Será este artículo el inicio de otros más en los que iremos efectuando paseos por La Habana, para después confeccionar varios recorridos, terminando en una guía más completa de esta fascinante ciudad.

Una ciudad que se acerca a sus cinco siglos de vida bien merece unos paseos para tomar el pulso a sus calles, a sus más de cien edificios de interés, a sus plazas y plazuelas; desde el estilo «Art Deco» del Vedado hasta el corazón de una Habana Vieja. Nos mezclaremos con sus habitantes, cosmopolitas y mestizos, abiertos, francos y acogedores y que aman sobre todo a su ciudad: La Habana.

Y que mejor forma que iniciar estos paseos por La Habana, que hacerlo donde nace la ciudad, en la primera plaza de la villa: la Plaza de Armas.

© Texto por José Manuel Beltrán.

Panorámica de la Plaza de Armas con la fortaleza en primer plano. (pulsar para ver imagen completa)

La Plaza de Armas

Originalmente la ciudad comienza aquí, en el primer tercio del siglo XVI, como primera plaza de la villa y no tal y como la vemos ahora, pues ocupaba terreno del anexo Castillo de la Fuerza. Es en 1.580, cuando ocupa su emplazamiento actual no sin haber sufrido varias remodelaciones. La primera en 1.776, una vez que es demolida la Parroquia Mayor.
A finales del siglo XVIII adquiere gran jerarquía consecuencia de la construcción de los Palacios de los Capitanes Generales y del Segundo Cabo. Una segunda remodelación se produce en 1.813, y poco después (1.834) otra para incluir en el centro de la misma la estatua del monarca español, Fernando VII. Su última remodelación, es decir tal y como ahora la disfrutamos, se produce en 1.935, recuperando totalmente la imagen que tenía un siglo antes: un cuadrilátero con un paseo arbolado a lo largo de todo su perímetro y otros dos paseos interiores que forman una cruz. En la rotonda central se emplaza la estatua, ahora ya de Carlos Manuel de Céspedes, el líder que dirigió la independencia de Cuba, levantándose en armas contra el gobierno español. La presencia del Castillo de la Fuerza refuerza el valor histórico de este lugar. Desde aquí se inician las primeras calles de la ciudad: la de Mercaderes y la de Obispo.

Situación: Habana Vieja. Entre calles O'Reily, Obispo, Baratillo y Tacón.
Vista parcial del Castillo y en primer término la torre campanario con la Giraldilla. (pulsar para ampliar imagen)

El Castillo de la Real Fuerza.

Nos encontramos ante la primera fortaleza abaluartada que se levantó en toda América, y que reemplazó a la primitiva fortaleza mandada construir por la Reina de España al ser destruida en el asalto a La Habana por el corsario francés, Jacques de Sores, en 1.555.
Su planta es un perfecto cuadrado, de poco más de 30 metros de lado. En el centro, su pequeño patio responde a los modelos establecidos en el Renacimiento basado, entre otros, por la perfección geométrica. Le rodea un amplio foso que provoca que la entrada se efectúe a través de un puente de madera.

Sobre la fortaleza se han realizado diversas ampliaciones en planta alta por necesidades de guarnición o de su comandante, y también por solicitud de los distintos gobernadores que comenzaron a habitarla a partir de 1.590. Solo hace falta fijarse, sobre uno de sus baluartes, en la torre-campanario erigida sobre 1.632, y que en lo más alto queda rematada por una veleta de bronce, en forma de mujer, y a la que se llama La Giraldilla (parece ser que en referencia a la Giralda de Sevilla) y que viene a ser la obra escultórica más antigua de Cuba y símbolo de la ciudad. La fortaleza, restaurada en 1.963, está considerada Monumento Nacional, siendo su uso actual como Museo.

Habana Vieja. Situación: Calle O'Reily, 2 - Plaza de Armas.
Vista del Palacio del Segundo Cabo desde la Plaza de Armas (Foto: lezumbalaberenjena bajo lic. CC BY-NC-ND 2.0)

El Palacio del Segundo Cabo, también conocido como Real Casa de Correos.

También identificado como Real Casa de Correos pues en realidad se diseñó para ese uso, y posteriormente como Palacio de la Intendencia de Hacienda, forma este edificio junto al Palacio de los Capitanes Generales y a la Catedral de La Habana, los máximos exponentes de lo que se vino en denominar el "Barroco cubano". Iniciada la construcción en 1.770, y finalizada alrededor de 1.790, fue la residencia del Segundo Cabo, mano derecha del Capitán General de Cuba. Fue tomado como modelo a seguir en la construcción del aledaño Palacio de los Capitanes Generales.

No es muy grande y más bien austero. En su fachada no podemos apreciar casi ninguna decoración salvo los dinteles de las ventanas. Sin embargo es uno de los primeros edificios donde se sustituye el uso de la madera en las rejas por el hierro. En su interior, el pequeño patio resalta la verticalidad del edificio de la misma forma que el acceso desde el exterior, a través de diversos tipos de arcos, te da una sensación de profundidad. Además de en el pasado ser la sede de Correos, también ha albergado al Senado, al Tribunal Supremo, al Consejo Nacional de Cuba y a las Academias de la Historia, de la Lengua y de las Artes. Actualmente es la sede del Instituto Cubano del Libro.

Situación: Habana Vieja. Calle O'Reily, núm. 4- Plaza de Armas.

El Palacio de los Capitanes Generales.

Este edificio de grandes dimensiones, de por sí ocupa toda una manzana, está considerado como el máximo exponente de la arquitectura cubana del siglo XVIII, y solo comparable en interés con la fachada de la Catedral. Se decidió construirlo en 1.772, sobre parte de lo que antes ocupaba la Parroquia Mayor, para que sirviera de sede de las Casas Capitulares; de la cárcel y de residencia de los Capitanes Generales y como antes indicábamos se utilizó como modelo la cercana Casa de Correos o Palacio del Segundo Cabo.
En 1.835, producto de una remodelación, se amplia el patio y da lugar a la aparición de lo que se denomina "columnas siamesas", siendo uno de los más admirados de la arquitectura cubana. En su centro figura la estatua de Colón. Actualmente su uso está destinado como Museo de la Ciudad, aún cuando entre 1.791 y 1.898 fue residencia de los Capitanes Generales españoles; desde 1.899 hasta 1.902, de los Gobernadores Militares de Estados Unidos y durante las dos primeras décadas del siglo XX de los Presidentes de la República de Cuba.

Situación: Habana Vieja. Entre calles Obispo y O'Reily. Plaza de Armas.
Vista desde la Plaza de Armas y en primer término el monolito de la Virgen del Pilar.

El Templete.

Este curioso edificio, a la vez que monumento, tiene presencia destacada en la Plaza de Armas. Nos viene a señalar, según dice la tradición, el lugar donde se celebró la primera misa y el Cabildo de lo que, en 1.519, fue la naciente villa, después ciudad de La Habana. También, en su interior, destacan las tres obras del pintor francés, Jean Baptiste Vermay: la misa, el cabildo y una tercera central donde se colocó más tarde la inauguración del monumento, el 19 de marzo de 1.828. En el centro de su salón se guardan, en una urna de mármol, las cenizas del pintor y de su esposa.
El pequeño templo de aspecto greco-romano, elevado sobre una pequeña grada de tres peldaños de piedra de Jaimanitas, tiene en su fachada un pórtico de columnas dóricas que le otorga un carácter monumental. También destacan en este conjunto otros elementos valiosos como la cerca de lanzas de hierro terminadas en puntas de bronce; la columna que sostiene una imagen de la Virgen del Pilar y la ceiba, árbol bajo el cual la tradición sitúa la celebración de los hechos que se conmemoran. La ceiba original, muerta a mediados del siglo XVIII, fue reemplazada en varias ocasiones hasta la actual que data de 1.960.
En la noche del 15 de noviembre (00,00 horas ya del 16) se conmemora el nacimiento o fundación de la ciudad con una ceremonia. Nos contaba un lugareño que la tradición manda dar tres vueltas, siempre en silencio y alrededor de la ceiba, solicitando un deseo. Queda la ilusión que este se cumpla.

Situación: Habana Vieja. calle Baratillo, entre O'Reily y Narciso López. Plaza de Armas.

Al lado del Templete, y antes de terminar nuestro paseo por La Habana, y más en concreto en la calle Baratillo, 9, de la histórica Plaza de Armas, nos queda ver lo que fue la Casa del Conde de Santovenia hoy convertido en el elegante Hotel Santa Isabel, que viene funcionando así desde 1.867.

Y ya sí, llegamos al fin de este muy corto paseo. Quizás sea el momento de descansar en una buena terraza sobre la misma plaza, echarle un vistazo a cualquiera de los libros de segunda mano que has podido comprar en el mercadillo que allí se instala todos los días, o de seguir camino por la calle Obispo, o por Mercaderes, las dos primeras calles de La Habana. También puedes volver a tu parada del bus turístico, en la Ruta 1, y que te explicábamos en este artículo para continuar tu recorrido, o esperar tranquilo a que en siguientes artículos que puedes ver más abajo podamos continuar con nuestro paseo por La Habana. Sea lo que sea, yo siempre te deseo: Salud, ciudadano.
Atardecer en el Malecón de La Habana.

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COMENTARIOS

  • Jesus Romano Sebastian escribió

    septiembre 10, 2017

    Excelente artículo, como a los qué nos tienes acostumbrados, con un buen acompañamiento de reportaje fotográfico.
    Despues de leerlo me he dado cuenta qué en mi visita a La Habana, me he dejado mucho por ver, sobretodo lo cultural de todo este artículo, qué gracias a tí ciudadano he podido descubrir qué se encuentra un monolito con una Virgen del Pilar, patrona (entre otras cosas), de la ciudad qué me vió nacer Zaragoza, y ya sabes el cariño especial qué se devota a esta virgen, por su manto, me pasaron de muy pequeñito. Es una costumbre muy arraigada en Zaragoza, pasar a los niños por el manto de la Virgen.

    Reitero mis felicitaciones por tan magnífico artículo sobre La Habana, y a la espera de nuevas entregas. Gracias Ciudadano.

    Responder
  • Fernando escribió

    noviembre 23, 2017

    Mui buen articulo , espero que me sirva de referencia , en los proximos dias que estare en esa bella ciudad , final del crucero trasatlantico

    Responder
    • José Manuel Beltrán escribió

      noviembre 26, 2017

      Muchas gracias, Fernando. Espero que sea así. En cualquier caso no dudes, a la vuelta, en contarnos aquí tu experiencia; seguro que servirá de ayuda a otros viajeros. Un abrazo, ciudadano.

      Responder

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