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La celebración del Día de los Muertos, o de Difuntos, en el mundo.

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El Día de los Muertos, el de Difuntos, la Catrina, Haloween … estas, y otras muchas más, son las distintas acepciones que se dan a lo largo del mundo para conmemorar a nuestros seres queridos, a los que ya no están con nosotros.

 En España, con la castaña como protagonista y alimento principal hasta el siglo XVI, seguimos celebrando una fiesta de clara costumbre celta y que adoptaron los católicos con algunas modificaciones. La primera de ella es la fecha. Fue en mayo del año 609 de nuestra era, en la que la instaura el papa Bonifacio IV, para pasar a instaurarse como Fiesta de Todos los Santos el 1 de noviembre del año 731, ya con el Papa Gregorio III, festividad que llega hasta nuestros días.

Sí, hoy en día hay un nexo común en todas estas conmemoraciones, y ese es la fecha. Desde la noche del 31 de octubre, y a lo largo del 1 y hasta el 2 de noviembre, la tradición manda recordar a nuestros difuntos. Veamos cómo se realiza en países tan distintos como México, Filipinas o Estados Unidos, la celebración del Día de los Muertos o el de Todos los Santos.


La Catrina, en México.

Todavía habrá alguien que se pueda extrañar, y más en estos tiempos tan modernos de los que todos queremos imbuirnos, que se pueda hacer una fiesta a costa de un difunto. Sin embargo en México, país con un alto nivel de tradiciones, esto es más que posible, tanto que hay un día destinado para los difuntos jóvenes y otro para los adultos. Pero, incluso, hay más. Las ofrendas que se colocan en los altares o tumbas varían según el día.
Por ejemplo: el 28 de octubre lo son para las personas que murieron en un accidente o de forma violenta. El 29, para las que murieron ahogadas y el día siguiente, el 30, para los que murieron de repente, de forma intempestiva. Y no queda ahí. El 31, lo es para las almas que están en el limbo y los niños no nacidos; el día 1, para todos los niños y, finalmente el día 2, para los muertos adultos.

El origen precolombino del Día de los Muertos en México se refiere a una ceremonia consagrada a la diosa Mictecacihuatl, también conocida como la dama de la muerte y, hoy en día y desde hace ya 100 años, gracias al ilustrador mexicano José Guadalupe Posada, conocida como la Catrina.

La creencia popular se basa en que las almas de los muertos regresan de la ultratumba durante esos días para visitar a sus familias. Es por ello que, nada mejor que recibirles con ofrendas y con una fiesta, y no digamos ya con un desfile como se realiza en Aguascalientes, donde se celebra el Festival de las Calaveras.

Estas ofrendas consisten en la comida y bebida favorita del difunto, así como flores y dulces típicos de ese día. Entre los distintos obsequios tradicionales hay: calaveritas de azúcar, fruta, juguetes (si el difunto es un niño), fotografías del fallecido y las coloridas flores especiales para este día, entre las que se encontrará la flor de cempasúchil. Se dispone todo sobre un altar llamado altar de muerto, adornado con incienso, velas, música que se sitúa en la tumba del difunto, es decir, en el mismo cementerio.

La gastronomía en México también tiene un papel importante en las celebraciones. Durante esos días se consume el llamado Pan de Muertos, un panecillo con forma de personajes; o las calaveras de dulce, que suelen llevar inscrito el nombre del difunto. Se trata de una mezcla de hojaldre y azúcar con unas tiras blancas que simulan a los huesos.

Estados Unidos. Halloween, la noche de las brujas.

Esta fiesta pagana, con orígenes costumbristas celtas e incluso cristianos, se introdujo en Estados Unidos por los inmigrantes europeos, fundamentalmente irlandeses e ingleses. Hoy en día, exportada a un sinfín de países que para nada tienen esa cultura anglosajona, se ha convertido -sobre todo entre los críos- en una gran fiesta popular.

En la noche del día 31 de octubre es muy probable que un nutrido grupo de niños, todos ellos disfrazados con caretas y trajes imitando a calaveras, fantasmas o de cualquier forma para tratar de causar susto, toquen en tu puerta al grito de "Truco o trato". Esta velada amenaza es fácilmente subsanable con la entrega de dulces, caramelos o cualquier otra golosina.
La calabaza iluminada es la pieza más característica de Halloween.
“All Hallows Eve”, es el nombre anglosajón que con el paso del tiempo ha ido degenerándose hasta llegar a la palabra “Halloween”.

El origen de la tradición celta. Irlanda, Escocia y países escandinavos.

Hace más de 2.000 años, la noche de Samhain, los celtas apagaban las luces y esperaban que la muerte no tocara a sus puertas. La cultura celta abarcaba las Islas Británicas, Escandinava y Europa Occidental, y esta tradición del Samhain se extendió por todos estos territorios llegando a ser una de las más populares.

Los druidas, sacerdotes paganos celtas celebraban la noche del Samhain, en la que los espíritus volvían a caminar por la tierra buscando poseer a los vivos. Por esa razón no se encendía ningún fuego, las casas permanecían frías y oscuras, sus dueños se vestían fúnebremente para evitar la atención de los muertos, y de este modo se creía que en la noche de los muertos se podía seguir con vida si se pasaba desapercibido.

Los druidas llevaban consigo una nabo, previamente ahuecado en su interior y donde se había tallado en su frente una cara que representaba un espíritu diabólico. En su interior colocaban una vela o trozos de carbón que les servía pata iluminarse en las noches o cuando se internan en el bosque. Curioso es que, al trasladar esta costumbre los inmigrantes europeos, en América no se encontraban nabos; de ahí que se sustituyesen por calabazas, hasta el día de hoy. Cada 31 de Octubre, esta fecha era además una fiesta dedicada a dos dioses: Morrigan (diosa de la guerra y de la muerte) y Dagda (una deidad secundaria relacionada con la abundancia).

A pesar de su origen tenebroso, quizá lo más curioso de esta celebración no sea su carácter lúgubre, sino la mezcla de rasgos culturales que hoy en día aglutina en una sola fecha las tradiciones de varios pueblos.

Lo cierto es que la influencia de lo pagano y lo cristiano, principalmente, ha degenerado en una celebración que aunque dista bastante del origen todavía mantiene esa conexión con ser una fiesta en la que la muerte está muy presente.
Las velas iluminan las tumbas en el cementerio de la ciudad de Paranaque, al sur de Manila,

Filipinas.

La festividad dedicada a los muertos, también llamados Undas.

Es en Filipinas, al igual que por ejemplo ocurre en Perú, cuando la fiesta se traslada de forma más particular a los cementerios. Allí las tumbas de los difuntos no sólo están profusamente adornadas con flores y grandes cirios; sino que también, junto a quien se quiere honrar, se come, se bebe, se celebra la fiesta, y si es necesario se juega a las cartas en torno a las tumbas.
Por supuesto, finalizada la jornada del día 1 de noviembre todo debe quedar impoluto. Las lápidas se limpian al tiempo que se depositan sobre ellas ramos de flores.
En España la tradición y cultura católica celebra la fiesta de Todos los Santos en honor a los difuntos.

España.

El Día de Todos los Santos y el de Difuntos

En nuestro país, con una clara tradición y cultura católica, el Día de Todos los Santos se celebra en honor a todos los santos, conocidos y desconocidos del mundo moderno y, honrando la memoria de los que han fallecido. según el santoral, quedaría el día siguiente: 2 de noviembre. Sin embargo todo se aúna y es así que, en el día del 1 de noviembre, los cementerios se encuentran más masificados con la visita de los familiares a la tumba del difunto, que previamente ha sido engalanada, al objeto de depositar algún ramo de flores.

Bien es verdad que, con un carácter más pagano, se aprovecha tanto la noche del 31 de octubre como el día 1 de noviembre para, por ejemplo en Andalucía y más en concreto en Marbella, celebrar la Fiesta del Tostón. La castaña es la protagonista, al ser asada y degustada por los participantes en el campo o la montaña. En Cádiz, esta fiesta es llamada la de Tosantos, con degustación de castañas, nueces, dulces y adornos en los mercados, estilo disfraz, de frutas o verduras, animales y algunas personas.
En Marbella se celebra El Tostón apoyado por muchas entidades culturales y ciudadanas.
Las castañas asadas son típicas para degustar durante estas fechas.

En Cataluña, con la castanyada, como antiguo rito funerario con el que celebrar tanto la entrada del otoño como el honrar a los muertos, o en el País Vasco, con el Gaztañede Egurra, la castaña asada es de nuevo la protagonista.

En Galicia, Samaín o la fiesta del Magosto.

El fuerte arraigo de la tradición celta se nota sobre todo en Galicia. Samaín, Samanín o Samhain, nos hace recordar a la noche de las meigas. Es la noche del 31 de octubre, con la llegada del "Año Nuevo Celta" cuando se celebraba el fin de la temporada de cosechas. Ahora, además de la fiesta popular, en muchas aldeas de Galicia todavía se reza a los difuntos en los cementerios, a la luz de las velas, en an señalada fecha.
Velas encendidas en el cementerio para honrar a los difuntos.

En Canarias, "La Noche de los Finaos", en Extremadura, la Chaquetía, en Soria, el homenaje se le realiza a Gustavo Adolfo Bécquer, y su obra "El Monte de las Ánimas" para que llegado al puente de piedra de la ciudad se eleven al cielo multitud de farolillos encendidos una vez llevado a cabo la lectura de la mítica leyenda.

También en la parte sur de la sierra de Gredos, abarcando pueblos de Ávila y algunos de Toledo y Cáceres, en un ámbito comarcal anterior a las fronteras hoy en día establecidas, se celebra La Moragá, palabra proveniente de árabe y que significa asado. Después de visitar los cementerios, los amigos y la familia se reúnen en el campo, en torno a un fuego. Continúa la antigua tradición de que los más pequeños soliciten casa por casa un pequeño aguinaldo para tal celebración.
Mujer llevando cráneos de sus familiares para rendirle homenaje en el Día de las Ñatitas. Bolivia.

En todo el mundo, más allá de las diferentes culturas, hay un día para honrar a los muertos.

Muchas de las celebraciones se realizan entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre; otras, como en Bolivia, con el Día de los Ñatitas, se celebra el 8 de noviembre. En La Paz y sus alrededores las familias rinden tributo a las calaveras de sus familiares muertos, las cuales no se entierran con el resto del cuerpo en una tradición de época precolombina que considera que el alma de quien ha fallecido sigue ligada a su calavera.

En la República Checa, esta vez el 2 de noviembre se tiene otra forma muy curiosa de rendir homenaje a quienes ya partieron. No solo se deja flores en las tumbas o se prende una vela; también se coloca una silla al lado de la chimenea para que, aquel que se siente en ella, tenga el don de poder hablar con el familiar difunto.
Festival de Los Fantasmas. Hong Kong.

En nuestro recorrido por China e India pudimos observar otro tipo de celebraciones, algunas de ellas muy curiosas, en relación a los fallecidos. Es cierto que por estos lares, bien por cuestión de guiarse por el calendario lunar, se celebran en fechas diferentes a las de los occidentales. Pero eso lo dejaremos para unos próximos artículos; ahora ya solo queda desearte SALUD, ciudadano viajero. ¡Ojalá tardemos mucho tiempo en tener que honrarte!
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