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LA HABANA

«Tengo a papá». Plaza de la Revolución. La Habana

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En un recorrido por La Habana, quieras o no, se debe pasar por esta emblemática plaza que ha pasado a convertirse en uno de los símbolos de la revolución cubana.

En el centro de la misma, en una situación de privilegio y ligeramente elevado, el obelisco dedicado a José Martí hace de guardián de los murales dedicados a Ernesto Che Guevara y  a Camilo Cienfuegos, ambos líderes de la revolución.

 

© Texto y fotos: José Manuel Beltrán.

La salida del aeropuerto internacional de La Habana, en dirección a la ciudad, se hace de forma casi obligada a través de la larga Avenida Rancho Boyeros. A su izquierda, el río Almendares discurre plácidamente hasta desembocar en el mar, dividiendo los barrios de Miramar y el Vedado. Allí mismo, en la parte del Vedado, comienza o termina (como quieras interpretarlo) el popular Malecón. Sin embargo, dentro de nuestro recorrido por La Habana, tiempo tendremos de conocer lo más interesante de ellos.

Desde el mismo aeropuerto internacional no existe opción de transporte público por lo que la contratación de un taxi se hace obligada. Sin embargo, a lo largo de la avenida si se pueden apreciar vetustas paradas de autobús utilizadas por la población local con destinos diferentes al del aeropuerto. Una pequeña rotonda y finaliza Rancho Boyeros para dar paso a la Avenida de la Independencia. En su final, a una distancia casi equidistante la circundan los barrios de Miramar, Nuevo Vedado, Cerro, Vedado y Habana Vieja; en este pequeño recorrido por La Habana hemos llegado por fin a la mítica Plaza de la Revolución.

el Ché Guevara en nuestro recorrido por La Habana.

Montaje sobre imagen del Che Guevara.

 


"Tengo a papá", el comienzo de un mito.

Con esta frase en clave del oficial del ejército boliviano, al anunciar la captura del Che Guevara en las proximidades de la aldea de La Higuera, al sudeste de Bolivia, para posteriormente ser ajusticiado sin juicio previo, se da comienzo al mito del Che. Hoy, 50 años después, siguen siendo muchos los que portan en sus camisetas, también en posters, la figura del mito de la revolución cubana sin saber muy bien buena parte de su historia y de su actividad guerrillera. Aún así, inmediatamente se convirtió en icono de la juventud, comenzando con la del Mayo del 68.
Un vetusto coche con la imagen del Che Guevara sobre una pared en La Habana. (pulsar para ampliar imagen)

La Plaza de la Revolución.

Fueron varios y en diferentes ocasiones, los proyectos de urbanización que se emprendieron sobre este amplio espacio de más de 72.000 m2, quedando siempre sin finalizar. En 1.925, bajo el gobierno de Fulgencio Batista y conocida como Plaza Cívica, el urbanista francés Jean Claude Forestier, al construirla sobre la pequeña Loma de los Catalanes, quiso emular el estilo de la Plaza de l'Étoile, en París, y convertirla en lo que sería el centro de la Gran Habana del futuro.

En 1.937, es este el lugar que se elige para ubicar el Centro Cívico y el Monumento a José Martí. Sin embargo el concurso internacional que se convoca queda desierto al no cumplir ninguna de las 47 propuestas los intereses del Gobierno. Cinco años más tarde, en 1.942, el jurado integrado por 23 personas (ninguna de ellas arquitecto ni escultor) deciden otorgar el premio al proyecto de Aquiles Maza y Juan José Sicre.
Mural del Ministerio del Interior con la figura del Che Guevara

En los alrededores de la gran plaza, además del monumento a José Martí, destacan otras edificaciones singulares cada una con su historia. El edificio que fue proyectado para ubicar a las oficinas del Ayuntamiento de La Habana, aún cuando nunca funcionó para este fin, y que ahora es la sede del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias; la Biblioteca Nacional; el edificio del Ministerio del Interior, originalmente diseñado para albergar el Tribunal de Cuentas, y que es el que cuenta con el popular mural del Che Guevara; el de Telecomunicaciones, donde figura el otro gran mural de Camilo Cienfuegos; el Teatro Nacional y el Palacio de la Revolución.
El memorial José Martí ubicado en el centro de la Plaza de la revolución.

El monumento-memorial dedicado a José Martí.

Realmente tenemos a la vista dos monumentos. Por un lado, una gran estatua, conformada por 52 bloques de mármol blanco y de 18 metros de altura, recuerda a José Martí en actitud pensativa, el gran padre de la patria cubana (de padres españoles), creador del Partido Revolucionario Cubano y conocido también como "el apóstol de la Independencia de Cuba". Todo el monumento fue tallado y esculpido, a mano, en el mismo lugar que ocupa.

Por otro lado, el memorial a José Martí se completa con una estructura de 140 metros de altura (la mayor de La Habana), construida en 1.958, en forma de estrella de cinco puntas. En la planta baja, y en su interior, se encuentra un mural de Enrique Caravia, además de un museo dedicado al héroe de la independencia cubana. Ya en la cúspide, a la que se accede por un ascensor, un excelente mirador nos permite poder apreciar buena parte de La Habana. La lástima es que no se encuentre siempre libre el acceso al mismo.
Panorámica desde el mirador del monumento a José Marti. Fotografía de M Rosa Juanmiquel (lectora del blog)
Panorámica desde el mirador con los murales del Che y Cienfuegos. Foto cedida por M Rosa Juanmiquel

El edificio del Ministerio del Interior y el relieve del Che.

"Hasta la victoria siempre", tanto este mensaje como el relieve del Che Guevara ejecutado por el escultor Enrique Ávila, réplica o reproducción de la imagen captada del Che, en 1.960, por el fotógrafo Alberto Korda, es lo único apreciable sobre este feo edificio de hormigón.
Quizás si resulte curioso saber que esta edificación se planteó para albergar las oficinas privadas de cada uno de los miembros del Tribunal de Cuentas (función que ejerció desde 1.953 a 1.962) con salones, despachos y dependencias para los negociados a su cargo. El del Presidente del Tribunal se encontraba en la última planta con unas magníficas vistas. Fue este el primer edificio construido en la plaza.
Banderas cubanas en una manifestación en la Plaza de la revolución con la figura del Che al fondo

La gran plaza, emblema de la Cuba de Fidel. El edificio de Telecomunicaciones.

Otro de los mitos de la Revolución, Camilo Cienfuegos, tiene su mural en el edificio de Telecomunicaciones. Fue en el año 2.009 cuando se instaló con un diseño similar al anterior y, de nuevo, con otra frase propagandística: "Vas bien Fidel". Es el segundo edificio que se construye en la plaza y en sus nueve plantas la actividad se centra en oficinas y dependencias complementarias de correos.
El mural de Camilo Cienfuegos en el edificio de Telecomunicaciones. Plaza de la Revolución.

La Biblioteca Nacional, en las proximidades inmediatas de la plaza, nos ofrece en la parte superior de su vestíbulo un precioso lucernario de vidrios policromos, en lo que es una representación de las ramas del conocimiento humano. Esta edificación contrasta con otra también emblemática. Me refiero al Palacio de la Revolución, sede actual del Comité Central de Partido Comunista de Cuba y de los Consejos de Estado y de Ministros. De acceso totalmente restringido, no solo a turistas sino también a una mayoría de los cubanos, aquí es donde se encuentra el centro de poder y las principales oficinas del gobierno.
A la izquierda fotografía de la Biblioteca Nacional. A la derecha, el Palacio de la Revolución.

Como llegar a la Plaza de la Revolución.

Al principio de este articulo ya te indicábamos que, casi por seguro, pasarías por esta plaza al querer llegar a la ciudad de La Habana desde el aeropuerto internacional José Martí. Pero, evidentemente, no es ese el mejor momento para disfrutarla con calma.
La Plaza de la Revolución, incluida dentro de nuestro recorrido por La Habana, se encuentra un tanto alejada del circuito de a pie. ¡Un tanto no, más bien mucho!. Es por ello que una de las opciones, sin duda la más cara, es la de acercarse a ella en taxi, público, privado o el clásico almendrón, una vez pactado el precio de la carrera.
La otra, y que te recomiendo, es la de tomar el bus turístico (10 CUC a la fecha de este artículo) usado como un simple medio de transporte urbano más donde puedes ampliar más detalles en ese artículo que le dedicamos en exclusiva. Una de sus paradas es la Plaza de la Revolución.
Vista general de La Habana con el Capitolio al fondo tomada desde un barco de crucero.

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COMENTARIOS

  • Jesús Romano Sebastián escribió

    septiembre 26, 2017

    El artículo ya estaba muy bien, pero con la inclusión de esas nuevas fotos, de Ma Rosa, todavía gana muchos más enteros el artículo. Felicidades Ciudadano Viajero.

    Un fuerte abrazo.

    Jesús.

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  • CARLOS OLLER BOFILL escribió

    febrero 20, 2018

    Esta muy bien, excelente relato. Pero, siempre hay un pero, no se menciona ni se publican fotos de la miseria ni la destrucción y abandono de los edificios de esta Capital. Los que hemos tenido la experiencia de visitarla, en nuestro caso en más de 20 ocasiones, ya sea por negocios o por tener a mi cuñado hospitalizado allí durante más de dos años, podemos dar una visión mucho más real que las bellas fotos propias de una propaganda turística o política donde sólo se muestran las cosas bellas. No se ha nombrado los «paladares» sustitutos de los restaurantes en donde fácilmente cuando te cantan la carta sólo hay carne o pescado para dos o tres personas, en el caso de que sea un grupo el de los comensales. No se si alguno ha visitado hogares o tiene amigos locales, es de pena como viven y en las condiciones que lo hacen. Hay que hablar también de como se «resuelven» con los turistas o del comercio «jinetero», tanto masculino como femenino. En fin, como en todas partes hay cubanos buenos y otros más listos, pero la Habana es una ruina comparada a lo que en otra época fue.

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    • José Manuel Beltrán escribió

      febrero 24, 2018

      Siempre he mantenido un máximo respeto sobre cualquier opinión aunque no esté de acuerdo con ella. En el caso que nos ocupa ¡como estar de acuerdo en este comentario! que, recordemos, lo es únicamente sobre una visita turística a la Plaza de la Revolución de La Habana, simplemente describiéndola y aportando algún dato histórico. ¡Claro que no menciono a los paladares! Ninguno hay en la la Plaza. Claro que no menciono los edificios destruidos y abandonados en la Plaza; lógico, no hay ninguno. Yo si he visitado, visitado no, me he hospedado en casas particulares y puedo hablar de ellas; pero ese tampoco es el tema del artículo. Nada de lo que se menciona en el comentario tiene que ver con el artículo en sí, que podrá gustar más o menos pero que es real.
      Del resto, ya hay algunos artículos más publicados sobre este destino… y más que habrá. No se me ocurriría a mí, en un artículo por ejemplo de la Sagrada Familia, comentar sobre la prostitución (jineterismo) del barrio viejo de Barcelona o cualquier otro detalle totalmente negativo que … haberlo, haílo.
      Sin embargo, por respeto también a mis lectores, el comentario seguirá ahí. Ahh, gracias por las cinco primeras palabras.

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