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SRI LANKA

Visitando los templos más significativos de Colombo, en Sri Lanka.

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Viajar a la antigua Ceilán es adentrarse no solo en la búsqueda de maravillas naturales, también de infinidad de enclaves culturales, santuarios en plena naturaleza y templos milenarios.

Sin embargo en esta ocasión nos centraremos en la capital económica de Sri Lanka, visitando los templos más significativos de Colombo.

 

Texto y fotos por © José Manuel Beltrán.

 

Era un domingo cualquiera del mes de abril. En verdad, de los sesenta y dos festivos que aquí se celebran, no era un día cualquiera. Se encontraba muy cercana la festividad del Año Nuevo en Sri Lanka, que en todo el país se celebra el 14 de abril. Y ese ambiente se notaba en las calles con los preparativos previos. Gente por todos lados, en cualquiera de las 15 zonas en las que se divide Colombo, aún cuando eran las primeras horas del día.

Los mercadillos, más allá de la zona de Pettah, ya concentraban numeroso público. Artículos de todo tipo, algunos por supuesto de plástico y de insignificante valor, se encontraban a la vista del posible comprador. En ocasiones, con la aquiescencia del dueño del pequeño puesto de venta, el desorden era máximo provocado por el tropel del gentío. Así se hace más difícil localizar esa otra pieza -igual a la ya elegida- que pueda completar tu colección de regalos. Pero da igual. Uno sigue en el empeño. Una cosa es muy cierta: los vendedores de Colombo no son atosigantes con el cliente. Intentan, eso sí y ocurre en todos los lugares visitados, venderte el producto a «su mejor precio». Y ese «su» se refiere al de ellos, no al del producto.

La decisión de visitar los mercadillos de Colombo fue la última que tomamos dadas las pocas horas de nuestra visita a la capital económica de Sri Lanka. Su otra capital, Sri Jayawardenepura Kotte, la administrativa o política, se encuentra un poco más alejada aunque tan solo a unos 10 kilómetros.

A pesar del excesivo ruido y el caos, en el barrio de Pettah puedes encontrar de todo en su mercadillo.


El tráfico, que tanto temíamos pues nos habían contado que podía resultar caótico en cualquier día laborable, era un tanto fluido. Aún así, el horario de determinados templos nos marcaba de forma precisa el itinerario a realizar. Y, sin perder tiempo, encaminamos nuestros pasos a una pequeña vanette -pero suficiente- con capacidad para 12 personas y un excelente aire acondicionado, que sería nuestro medio de transporte. Una vez todos dentro, nuestro primer objetivo, en las afueras de la capital, sería el templo de Kelaniya Raja Mahal Vihara.
La rojiza fachada de Kelaniya Raja Maha Vihara nos recuerda a los monumentos de Petra, en Jordania.

Kelaniya Raja Maha Vihara. Con 2000 años de antigüedad, está considerado uno de los templos más sagrados de Sri Lanka.

A pesar de la temprana hora -todavía el reloj no marcaba las nueve de la mañana- el templo ya concentraba numeroso público local. La mayor parte vestidos con un blanco casi impoluto. Jóvenes, ancianos, niños (muchos niños), familias enteras ejerciendo la oración y muchos de ellos portando en sus manos algunos textos.
Familia enteras: mujeres, niños, jóvenes y ancianos concentrados en la oración.

Todos, incluidos los visitantes, descalzos y con una vestimenta apropiada. Es verdad que no tan rigurosa como en las mezquitas musulmanas pero siempre acorde al respeto debido. En este caso, tanto mujeres como hombres deben de tener los hombros cubiertos. Los pantalones largos son los sugeridos para los hombres, aunque es verdad que en mi caso nadie me hizo observación alguna al llevarlos a la altura de la rodilla. Tu calzado, junto a otros cientos de pares, queda temporalmente aparcado al inicio del complejo. No debes de preocuparte por su custodia. Nadie los tocará, salvo para desplazarlos ligeramente, al colocar otros. Salvo en los propios templos, en el resto del complejo el terreno es de una fina arena. Cabe la posibilidad de llevar las calzas, tus propios calcetines o, simplemente, descalzo por completo.
Preparadas para la ofrenda con vestidos de un blanco impoluto.

Delante del templo, sentados sobre el suelo y entrecruzadas las piernas (siempre la derecha por encima de la izquierda, que nos lleva a un significado de relajación) un buen número de fieles ejercen la oración. Algunos, apoyan un texto en el regazo formado por sus piernas. No todos, pero si de forma numerosa, emiten sonidos en lo que pueden ser cánticos religiosos. Me di cuenta que el respeto y la concentración de todos estos actos son más que evidentes.
Aunque no se aprecia, las piernas se entrecruzan siempre la derecha por encima de la izquierda. Ello contiene un sentido de relajación.

La rojiza fachada de su entrada principal me recuerda en parte a la de cualquiera de Petra, en Jordania. Una ordenada cola formada por personas va avanzando lentamente hacia el interior del templo. Ya en la escalera de acceso, sobre el suelo, media circunferencia de una piedra negra viene a dar representación de unos animales: elefantes, leones (que nunca existieron en Ceilán aunque su figura está incluida en la bandera nacional de Sri Lanka) y otros.
En el interior una imagen de Buda reclinado se encuentra protegida por un velo.

A la derecha del templo, una gran tulipa blanca se encuentra rodeada y adornada por una enorme cinta roja, como si fuese un regalo. Allí mismo, sobre una repisa, se ejecuta una muy humilde ofrenda a la que nos sumamos. Tan simple como depositar sobre ella la bella flor de loto, que además está considerada como flor nacional. Un respetuoso y ceremonial saludo, a modo de juntar tus manos extendidas y acercándolas a tu pecho, es la afectuosa señal para con quien realiza la ofrenda como, también, para con cualquier lugareño.

Pero nos quedan muchas más cosas que contar de Kelaniya Raja Mahal Vijara, y te prometo lo haré en un próximo artículo.
La gran tullida blanca queda adornada en todo su diámetro por una cinta roja.
Realizamos la ofrenda de la flor de loto depositándola en la repisa de la blanca tulipa.

Sri Kailasanathar Swamy Devasthanam, es el templo hindú más antiguo de Colombo y uno de los que goza de mayor popularidad entre los partidarios del hinduismo.
La fachada, en forma de pirámide, a la entrada del templo contiene cientos de imágenes de gran colorido.

Su nombre viene a significar algo así como "El jardín del capitán". Al parecer era muy frecuentado para su culto por los marinos y comerciantes tamiles provenientes del sur de la India, una vez que atracaban en el cercano puerto. Desde luego sus accesos no es que sean nada del otro mundo. Su puerta de entrada viene marcada por la figura en su tejado de una estilizada pirámide profusamente decorada con multitud de figuras talladas de gran colorido. Por supuesto, acceder al templo lo has de hacer descalzo.
La sala central es muy sencilla y pequeña comparada con otros templos.

Como en la gran mayoría de los templos budistas el templo se compone de una sala central, en este caso circundadas por otras ocho más pequeñas dedicadas a las distintas divinidades. Me resultó muy impersonal y desde luego sin la espectacularidad de Kelaniya. Quizá tuviera que ver un poco de descuido y eso que una de sus salas se encontraba en plena restauración de albañilería.
Alrededor de la sala principal ocho altares representan a otras distintas divinidades.

Sin lugar a dudas su curioso pórtico, formado por varios cientos de figuras que representan a las diferentes y múltiples divinidades de la teología y religión hindú, amén del brillante colorido de las mismas, es lo mas interesante para el turista siempre ávido de fotografías.
Detalle de la sala central de Sri Kailasanathar Swaminarayan Devasthanam

Seema Malaka. Un precioso templo budista en el interior del Lago de Beira.
El templo de Seema Malakaya dentro del Lago de Beira.

La mañana avanzaba sin poder separarnos del sopor y del calor, mezclados con un alto grado de humedad. La mejor idea era buscar algo de refresco junto a la orilla del precioso Lago de Beira. La agitada vida de Colombo, si bien no perceptible del todo por nosotros al ser domingo, se diluye por completo en el Lago Beira.

Es este un pequeño oasis de paz y tranquilidad, en pleno centro de la ciudad junto al Distrito Financiero, y en el que puedes aprovechar para dar un paseo en barcas cuyas formas asemejan la figura de un gran cisne.
Panorámica del Lago Beira (pulsar para ampliar)

Geoffrey Bawa, considerado uno de los principales arquitectos de Sri Lanka y fundador de la Tropical Modernismo School of Design, construyó la recreación de este templo sobre uno original anterior que se encuentra hundido en el lago.
Un encantador de serpientes, con un gran bífido sobre sus hombros, te ofrece la posibilidad de la clásica fotografía a cambio de ... unos cuantos dólares. El acceso es por medio de una entrada que es conjunta para acceder también al próximo Templo de Gangaramaya.
El acceso al templo se realiza por una pasarela de madera que se adentra en el lago.

Una pasarela de madera, ya dentro del lago, es el acceso a las otras tres plataformas flotantes conectadas por pasarelas. Una vez dentro de él, es curioso el contraste. Los rascacielos del centro del Distrito Financiero se elevan con un diferente sentido de majestuosidad.

Al igual que en los demás templos budistas el edificio central alberga un pequeño y en este caso austero altar. Sobre las plataformas laterales, además de pequeños dudas y otras representaciones de deidades, no podían faltar los árboles bodhi. Y en el mismo borde de las plataformas elevadas sobre el agua un sinfín de pequeñas estatuas de bronce se alinean en distintas posturas.
Es difícil escapar a la pose aún cuando hemos de reconocer que nos llamaron la atención. Y llevaban razón. Lo sentimos.

La figura reclinada que vemos a la entrada del templo es la predicción que tu visita a Seema Malaka, en el Lago de Beira, es la oportunidad perfecta para escapar del caos de la ciudad buscando un merecido descanso, también para el turista.
En la misma entrada al templo se encuentra una figura reclinada.

El templo de Gangaramaya. De la capacitación y aprendizaje de los jóvenes monjes budistas a la excentricidad y el ornato por medio de las donaciones.

El colorido templo de Gangaramaya es uno de los más importantes de la capital.

No tengo ningún género de duda que tu visita a Gangaramaya no te va a dejar indiferente. Está considerado como uno de los templos budistas más importantes de Sri Lanka, y no voy a ser yo quien lo ponga en duda. Además de gran cantidad de imágenes de Buda de cualquier tamaño, en su interior no podía faltar un árbol del bodhi sagrado.

Sin embargo este templo, que fue fundado como un complejo para capacitar a los jóvenes monjes, me parece que se ha convertido en algo excéntrico. Son las variadas y diferentes donaciones que los miembros de "la alta sociedad" han ido realizando a los monjes budistas que podemos apreciar dentro de él desde joyas, oro, reliquias y estatuas, hasta automóviles de gran gama (Rolls Royce, Mercedes, etc..) y, por supuesto, dinero. Y este no solo es que sea aceptado sino que se encuentra expuesto. Algo que me resultó ... sinceramente, desagradable.
Uno de los altares repleto de artículos donados. (Pulsar para ver en grande)

En su entrada es un gran Buda, en esta ocasión sentado y flanqueado por dos enormes colmillos de elefante, quien nos da la bienvenida. La gran aglomeración de público hace difícil, muy difícil, la solitaria foto. Es este el espacio central y principal del templo donde sus paredes y techos se encuentran profusamente decoradas y talladas con figuras de gran colorido.
La decoración de techos y paredes lo son con un gran colorido y múltiples detalles.

En este caso, así fue mi percepción, el sentimiento de culto queda bastante alejado de lo que se vive en Kelaniya Raja Mahal Vihara. Parece más bien un museo, una exposición de objetos a lo largo de sus vitrinas y, creerme, algunos de ellos realmente sorprendentes.

Toda esta impresionante colección de Gangaramaya se ha ido reuniendo después de varias generaciones. Cada rincón, grieta y mínimo espacio de pared están ocupadas por estatuas de Buda, intrincadas tallas de madera o de marfil, valiosos muebles, un sin fin de curiosidades, raras inscripciones y hasta coches.
Una réplica de Borobudur, Indonesia, que es el templo budista más grande del mundo se encuentra construido en Gangaramaya en una imitación perfecta.

En una pequeña zona al aire libre quedo gratamente sorprendido pues parece me he trasladado a cualquiera de los templos de Borobudur, en Indonesia. Es una pequeña terraza que contiene un buen número de estupas y figuras, a diferentes niveles, en lo que es una réplica perfecta del templo budista más grande del mundo. su contemplación nos ofrece otra sensación de paz y tranquilidad.

Me resultó mucho más atractivo el exterior del templo, con sus diferentes patios. El Árbol Bo, junto con la estupa y el Viharaya, forman la importante tríada dentro del templo budista. El "árbol Bo" es la higuera pipal o sagrada (Ficus religiosa), bajo la cual el Buda alcanzó la iluminación. Es adorado por todos los devotos.

La inmaculada estupa blanca, que se encuentra en el centro del templo, está presidida por la nueva estatua del Buda Samadhi. Sentado sobre una casa de piedra tallada ha sido enteramente cincelada en jade blanco. La estatua es obra del maestro artesano Wenhong Sun de Myanmar.
La estatua de Buda Samadhi destaca por su precioso talle en Jade blanco.
El árbol sagrado bajo el cual Buda alcanzó la iluminación.

Ya es bien echada la tarde. El calor húmedo sigue vigente al igual que a primera hora de la mañana. Nos quedan más zonas por conocer de la capital de la antigua Ceilán y a buen seguro que lo vamos a hacer. Déjame que haga un descanso; que trate de evitar (algo realmente complicado) el picante en mi comida. Que disfrute de una buena taza de té blanco (ese capricho de mi ciudadana). Déjame que en otros nuevos artículos te cuente más cosas de Colombo, una ciudad de contrastes.

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COMENTARIOS

  • Nuria escribió

    enero 28, 2019

    Te lo has currado ciudadano. Vaya recuerdos y debo confesar que gracias a estas estupendas fotos he refrescado mi memoria. Gracias por este estupendo trabajo.

    Responder
    • José Manuel Beltrán escribió

      enero 30, 2019

      Pues lo que tenemos que hacer es refrescarla de nuevo in situ. Hay que volver para conocer mucho más!!

      Responder
  • Pilar y Paco (Turisteandoelmundo) escribió

    febrero 6, 2019

    No imaginaba que Colombo tendría un distrito financiero semejante, una sorpresa. Magnífico relato que te lleva a desear conocer este país. Después de leerte lo he subido en la lista de futuribles, tenemos un poco abandonada Asia y hay que darle caña!!!!!
    Preciosas las fotografías también. Enhorabuena, ciudadano.

    Responder
    • José Manuel Beltrán escribió

      febrero 7, 2019

      La verdad es que es una ciudad, en algunos momentos un poco asfixiante por el tráfico y el calor, pero que guarda rincones que te llevan a la sorpresa. Como casi todo lo que ocurre en Asia. Nosotros también en un próximo futuro vamos a profundizar en este interesante país. Gracias por vuestro comentario y halago. Un abrazo, ciudadanos.

      Responder

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