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Rutas con encanto

Lisboa (II)

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Nos quedamos a medias en al artículo anterior (Lisboa I) porque esta preciosa ciudad da para mucho más, así que …. continuemos paseando y conociendo Lisboa.

Texto y fotos por ©José Manuel Beltrán.

LA ALFAMA ¿andando o en tranvía?
Quien tenga la fortuna de visitar Lisboa en el mes de junio se encontrará este típico barrio, al igual que Mouraira, Castelo y Madragoa, inmersos en sus fiestas populares. Sus estrechas calles se decoran con arcos de flores y en los puestos improvisados podréis degustar sardinas asadas, dulces tradicionales, vino y sangría. El culmen de estas fiestas es la noche de San Antonio, víspera del 13 de junio.

Ya hemos comentado, creo yo, que al llegar a Lisboa lo mejor es dejar el coche bien aparcado. La mejor forma de conocer esta bella ciudad es hacerlo a pie, pero claro también comprendo que estéis cansados. Así que tenéis dos opciones: el taxi (muy recomendable y realmente barato) o el tranvía. Desde la Plaza Figueira podéis tomar el tranvía 28 que os llevará hasta el Largo das Portas do Sol, dónde se pueden observar desde el mirador de Santa Luzia unas estupendas vistas de Lisboa y el Tajo. Realmente, solo queda subir una callecita y estáis en las puertas del Castillo de San Jorge: la cima de una de las siete colinas de Lisboa. 

Fue después de la conquista de Lisboa, en 1.147, cuando el rey Alfonso Henriques mandó levantar el castillo como residencia de la Familia Real portuguesa. Después, en 1.511, el rey Manuel I ordena construir un palacio más lujoso en el solar de la actual Plaza do Comercio y destinó el Castelo Sao Jorge a las funciones de prisión, teatro y almacén de armas. El terremoto de 1.755 deterioró las murallas hasta que, en su reconstrucción, Salazar lo reforma haciendo de él zonas ajardinadas. Desde marzo a octubre las visitas son hasta las nueve de la tarde aunque para sacar las entradas, en una oficina exterior, se presentan largas colas.

Dentro de él se puede pasear libremente y, desde su mirador, obtendréis unas vistas impresionantes de la ciudad. Aparte de las almenas y torres que vigilaban la ciudad todavía permanecen algunos de los cañones con los que se custodiaba la misma. Es famosa la Torre de Ulises, aunque a mí me defraudó un poco. Cuenta con una cámara oscura dónde se proyectan imágenes históricas de Lisboa.

Recorrer a pie la Alfama es adentrarse en pequeñas y estrechas calles, hacia arriba y hacia abajo, que conservan la estructura de la época musulmana. Visitar la Iglesia de Gracia que cuenta con otro precioso mirador y aquellos que coincidan en su visita con un martes o un miércoles podrán visitar el Mercadillo de la Ladrona, donde podrás encontrar de todo. Realmente es la Feira de Ladra, un mercadillo situado en el Campo de Santa Clara, justo detrás de la Iglesia de San Vicente de Fora. El regateo, por tanto, se hace indispensable.

No os olvidéis del tranvía 28, en él podréis recorrer toda la Alfama sin necesidad de tanto calvario a pie. Eso sí, bajando ya, no nos podemos perder la visita de La Sé. Este es el nombre que los portugueses dan a la Catedral de Lisboa o, también, Santa María la Mayor. Su aspecto exterior parece un poco descuidado pero encajada entre calles estrechas y en cuesta parece más monumental. Muy cerca de ella se encuentran las ruinas del Teatro Romano de Lisboa, realmente extensas.

¿Qué queréis regresar a la noche?. Por supuesto, que sí. Es en este barrio, además del Chiado, dónde podréis apreciar en sus múltiples tascas y locales el auténtico fado; dónde el llanto es más preciado que el aplauso.
¿Y si reponemos un poco de fuerzas?
La comida tradicional portuguesa, a mi buen entender, es realmente muy buena. Lógicamente, el bacalao es su plato estrella y lo podremos degustar de mil maneras diferentes, todas exquisitas. Sus postres y pasteles no nos lo podemos perder. Eso sí, en todos los restaurantes debéis tener mucho cuidado con las tapas que os sirven (sin pedirlas) antes de la comida. Son malas y caras. Por supuesto os sugiero que las devolváis porque si no irán en vuestra cuenta.
Para aquellos con un paladar más gourmet en 100Maneirasen el Barrio Alto, se puede disfrutar de un menú degustación de diez platos en torno a los 58 € por persona (vinos aparte) aunque prefiero que pinches en el enlace para tener actualizada toda la información. Dirigido por el chef Ljubomir Stanisic, está considerado uno de los mejores restaurantes de Lisboa.

Esta zona, el Barrio Alto, sin duda es una de las mejores opciones para cenar en Lisboa, aunque es importante saber distinguir entre los restaurantes de fado únicamente orientados a captar turistas y las auténticas tabernas portuguesas. Este último caso es el de Cantinho Do Bem Estar, en Rua da Norte, un local muy pequeño y familiar donde degustar unas buenas pataniscas de bacalhau.

Muy cerca del mirador de Santa Catalina encontrarás otro de los restaurantes de moda en Lisboa para comer o cenar: se trata de Pharmacia. Pero será mejor que pinches en este enlace para descubrir en un nuevo artículo lo que fue nuestra experiencia antes de salir por el Barrio Alto.


Otros lugares tradicionales localizados en el Barrio Alto, los dos en la misma calle o Rua da Barroca, en el número 14, son El Caracol, y Casa Mane, comida buena y barata, y si de bacalao hablamos
 vuestro sitio es el Rei do Bacalhao o Casa Laurentina (Av. Conde Valbom 71 a).
¿Y unas cervecitas?.
«El sabor de siglos, el saber de generaciones», ese es el lema que utiliza Cervejaria Trinidade,  (en el número 20 de la Rua de su mismo nombre) y considerada la más bella y más antigua cervecería de Portugal, según reza en su página web. La historia del este peculiar establecimiento data, ni más ni menos que desde 1.294 encontrándose integrado en el Patrimonio Cultural de la ciudad. Se ubica sobre lo que fue  el antiguo convento de la Santísima Trinidad, fundado en 1.294, destruido en 1.708 por un gran incendio y de nuevo afectado por el gran terremoto de 1.755. Ya en 1.834, demolido parcialmente como consecuencia del nuevo plan de urbanismo de la ciudad, se inicia la instalación de una precaria fábrica de cerveza, y en 1.840 se hace la apertura de la bodega y de la venta al público en una sala que era el refectorio de los frailes trinitarios. No solo por el placer de degustar las cervezas portuguesas, también la decoración de sus paredes con azulejos o de las pinturas de sus techos te hace sentir la historia de la ciudad. Sin duda totalmente recomendable.  
Otro restaurante con historia, un antiguo palacio en pleno centro de Lisboa, es la Casa do Alentejo. donde de nuevo la decoración de las paredes de sus salas te harán disfrutar más de su popular menú.
restaurante do alentejo

Sala Restaurante Do Alentejo

Me queda por reseñar los alrededores de Lisboa. Me refiero a Belem y el Monasterio de los Jerónimos; Cascais, Estoril, la Boca Do Inferno y, por supuesto, Sintra. Pero estos lugares los dejaré para una próxima entrada al igual que la recomendación de hotel, que ya os anticipo será el Hotel Zenit (4 estrellas).

Para completar el recorrido de Lisboa debéis entrar en lo ya publicado en Lisboa (I).

Otros artículos de interés:
El imaginativo Restaurante Pharmacia. Lisboa.
Restaurante Sacramento. Lisboa.

Moito obrigado, ciudadanos viajeros.

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COMENTARIOS

  • Nuria Gonzalez escribió

    mayo 12, 2011

    Lisboa encantador, volveremos ¿ verdad ?
    Tu blog no ha sido todavía bien descubierto ya que da detalles que muy pocos lo tienen. Estupendo ciudadano. Besitos…

    Responder

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