Diseñamos una ruta a través de los cocteles y bebidas típicas de cada lugar.
Desde un buen mojito o un clásico cubalibre pasando por un margarita, un bellini o nuestra rica sangría. Hoy te sugerimos destinos con un sabor especial; bellos lugares donde relajarte al final de la jornada con una buena copa. Así que, nunca mejor dicho, ¡Salud, ciudadanos viajeros!
Texto por José Manuel Beltrán
El verano ya ha comenzado, sí. No solo ya por las altas temperaturas, que también, el relajarse después de una ardua jornada de aventura, excursión y visita del lugar elegido para nuestras vacaciones es una experiencia placentera que te hace sentir y pensar ¡este es mi momento!. En ese caso, por regla general, tus manos estarán ocupadas ¡bendita ocupación! con una buena copa. Es el momento de disfrutar, y que mejor que hacerlo con la bebida típica del lugar donde nos encontramos.
Vista nocturna de La Habana vieja
La vieja Habana con un clásico mojito
Si uno ejerce de buen turista en La Habana un lugar que no puede dejar de visitar es la famosa Bodeguita del Medio, con ya casi 75 años de existencia. Lo que en sus inicios fue una pequeña bodega o tienda de alimentos, que por regla general estaban ubicadas en las esquinas, se ha convertido en uno de los lugares más populares de la ciudad. Situada en el número 27, en medio de la alargada y estrecha calle Empedrado, a escasos pasos de la Catedral, el ambiente musical se entremezcla con una buena charla acompañada de unos buenos habanos. Eso sí, no puedes irte sin probar su famoso mojito, bebida a base de ron cubano, hierbabuena, el jugo del limón, azúcar y agua con gas. No se si te sentirás como el famoso escritor y habitual cliente, Ernest Hemingway, a quien podrás ver fotografiado en un gran mural; lo que si es seguro (a pesar del caro precio de los mismos) es que habrás cumplido con la tradición con un sabor especial.
Más allá del limonccelo, visitamos la bella Venecia para disfrutar de un Bellini.
Venecia es una ciudad mágica, fascinante y donde la pasión por el amor se encarna en cada uno de sus canales, con sus bellas góndolas decoradas, más allá de las innumerables plazas y estrechas callejuelas.
En un pequeño local, de no más de 40 metros cuadrados;
situado al borde del Gran Canal y muy próximo a la espectacular Plaza de San Marcos, nos encontramos con el
Harry´s Bar. Visitado y conocido por famosos como Chaplin, Orson Wells, Capote y entre los que no podía faltar -de nuevo- Hemingway, es aquí cuando, en 1.945,
Giuseppe Cipriani crea este famoso cóctel veneciano: el Bellini.
Vista del Gran Canal de Venecia.
Dedicado al pintor veneciano del siglo XV, este delicioso brebaje se prepara machacando con los nudillos el preciado melocotón blanco italiano, consiguiendo casi un puré. Se le añade licor Creme de Peche de Vigne y zumo de limón, agitándolo todo con hielo. Después de hacer un doble colado, se sirve en copa alta añadiéndole un espumoso italiano Prosecco. Todo en el local es casi de miniatura: las mesas y sillas, los platos para también comer un excelente carpaccio, los vasos...todo busca un equilibrio que parece romperse cuando, a la vista del Gran Canal, saboreas un Bellini. ¡que aproveche!
Visitamos New York para adentrarnos en un barrio o distrito con identidad propia: Manhattan
La ciudad de New York está formada por varios distritos metropolitanos e incluye entre ellos a una isla: la de Manhattan, que cuenta con 57 barrios con peculiaridades muy diferenciadas. Central Park, Chelsea, Chinatown, Financial District, Harlem, el pequeño Diamond District de apenas una manzana, el Soho, Little Italy o el famosísimo Times Square, son algunos de ellos. La ciudad, donde la actividad surge durante las 24 horas del día, nos ofrece también maravillosos puentes colgantes, como el de Manhattan, que cruza el río Este conectando el Lower o Bajo Manhattan con Brooklyn, ya en la isla de Long Island.
Vista antigua de Manhattan.
De nuevo la historia o la leyenda popular causa desconcierto en relación al origen de este cóctel, quizás uno de los más famosos del mundo. Se habla, se dice, que en 1.870 el doctor Iain Marshall preparó en el Manhattan Club de New York un cóctel en una fiesta-recepción para el candidato a la Casa Blanca, Samuel J. Tilden.. Otras fuentes citan a que la organizadora fue Jeny Jerome, madre de Winston Churchill. El cóctel gustó tanto que fue bautizado con el nombre del local. Pocos nombran a un camarero, llamado Negro, quien al parecer fue el verdadero inventor del cóctel, allá por 1.860, en un bar de la calle Broadway, cerca de Houston.
El hecho es que este mítico cóctel, que se puede tomar como aperitivo, lleva aparejado el buen gusto, la clase, la distinción.... Un buen whisky bourbon, Martini rosso, angostura, piel de naranja y una guinda roja; servido en una copa de cóctel previamente enfriada y donde aparecerá un único color. Con él en la mano y la visión del Puente de Manhattan, o el de Brooklyn si prefieres, te sentirás como nadie máxime si lo acompañas con los acordes de New York, New York interpretado por Frank Sinatra.
Mi querido México a través de su reconocido Margarita
La primera vez que mi tío Pedro, en una de sus visitas a España, me enseñó a beber un tequila ¡como Dios manda!, he de reconocer, que no me satisfizo del todo. Sin embargo, esta famosa bebida nacional, extendida a todo el mundo tiene acompañamiento de diferentes formas en el clásico cóctel mexicano: el Margarita.
Un atardecer en las fantásticas playas de Cancún, en la Riviera Maya o en Isla Mujeres son oportunidades únicas para deleitarse con este cóctel servido en esa copa que se asemeja al tradicional sombrero mexicano vuelto del revés.
El Zócalo o Plaza de la Constitución en Ciudad de México.
Curiosamente no existe certeza sobre el creador de este cóctel. Cuentan que en 1.938, una corista llamada Majorie visitaba el Rancho del Gloria Bar, en Rosario Beach y, con la excusa o no que era alérgica y que solo podía beber tequila, pidió al camarero un cóctel. Este añadió al tequila, el triple seco y limón. Dado que le gustó mucho; en su honor le puso por nombre la traducción castellana de Majorie: Margarita.
Otros mencionan que, en 1.942 y en Ciudad Juárez, una señora pidió un Magnolia al camarero. Al no recordar este los ingredientes, mezcló el tequila con el resto de ingredientes y, para diferenciarlo, le designó el nombre de otra flor: Margarita.
Por último, lo que parece la versión más extendida, la historia se sitúa en Acapulco, en 1.948. Una tal Margarita Sames organizó en invierno una fiesta privada en su piscina acompañado de un juego en el que se mezclasen las bebidas y de allí salió el tequila, junto con el cointreau y el jugo de limón. Sin embargo, tres años antes, en 1.945, el empresario José Cuervo -que da nombre a un famoso tequila- ya estaba haciendo campañas publicitarias para la Margarita, en honor a una corista mexicana, Rita de la Torre.
Al fin de cuentas ¡que más da!. Visitar cualquier lugar de México y no disfrutar de este cóctel, en el que no debe faltar la sal, es un privilegio que no debes perderte.
El cóctel más popular español: la Sangría
Yo creo que aquí no hay discusión ninguna. Llega el verano, aún cuando perfectamente puede ingerirse en cualquier época del año, y las mesas y manteles no solo de los chiringuitos se llenan de jarras con un contenido rojizo: la sangría triunfa entre los nativos y no digamos entre los cariñosamente llamados "guiris".
Si hubiese que concretar un destino más específico donde deleitarse con una buena sangría, difícil lo tendríamos. Desde Cataluña, utilizando su clásico cava, pasando por la Comunidad Valenciana, con su llamada Copa de agua de Valencia; con un buen vino blanco o Albariño de Galicia, o de Castilla o La Rioja y, si quieres, aromatizándola con fresas de la Huelva andaluza. Pero que nadie se sienta molesto al no citar cualquier otro lugar de nuestra piel de toro: la sangría es de todos; de cualquier parte de España.
Playa de La Venus. Marbella.
Dice el R.A.E. que la sangría es "una bebida refrescante que se compone de agua o gaseosa y vino, con azúcar, limón y otros aditivos."
La clave, diría yo en broma pero en serio, está en eso... en los aditivos. Aquí vale todo, hasta esos toquecitos de canela que, dicen las malas lenguas, aplicábamos los chicos en demasía cuando organizábamos los guateques. No se considera sangría si aplicamos aguardientes o alcoholes fuertes pero eso sí, frutas puedes elegir cualquiera de ellas.
Y tú ¿qué destino añadirías? ¿qué cóctel recomendarías?. Deseando estoy leer tus comentarios y preferencias; de esta forma podremos brindar juntando nuestras copas reafirmando ¡Salud, ciudadano viajero!.
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Nacho escribió
agosto 22, 2018
Otro aliciente para elegir destino….por sus cócteles y bebidas. Un abrazo
MB escribió
agosto 23, 2018
Decididamente debes probar dos cócteles de República Dominicana, el primero y local es la “Mamajuana” brebaje original de los indios taínos realizados con hierbas, aunque cuando llegó Colón fue y la cambió … ahora es Ron, Vino tinto y miel que se empapan en barricas de corteza de árbol con hiervas … rico, rico.
Segunda opción, aunque creo que no es de R. Dominicana es habitual en el caribe … el “coco loco” … coco, limón, jugo de piña, sirope de azúcar, tequila y ron.
José Manuel Beltrán escribió
agosto 24, 2018
Caray, hijo. Y eso que dices que solo bebes agua con limón … lo que hace estar de vacaciones. Eso me lo vas a contar más despacio y, por qué no, lo podemos añadir al artículo.