Texto y fotos Por ©José Manuel Beltrán.

Levantarte de la cama en tu apartamento del Mediterráneo; desayunar en tu jardín privado; darte un chapuzón y broncearte al sol mientras tus pies pisan una arena blanca; disfrutar de un buen buffet o deleitarte con unos estupendos pescados; deslizarte por un gran tobogán a la espera que te reciban, sobre el mismo agua, elefantes u otros animales; dormir la siesta en una bella cabaña polinesia; tomarte un delicioso cóctel en el Caribe, tranquilamente sentado dentro del agua; practicar deporte, tomar una sauna, relajarse en el spa y, finalizando la noche, en un auditorio con perfecta visibilidad, la diversión y el espectáculo está garantizado. ¡Sí, ya!, pero…. ¿qué hacemos con los niños?.

La tipología familiar ¡que digo, más bien el número de componentes! influye notablemente en la elección de nuestras vacaciones y sobre todo, más allá del tema logístico de traslados, calcular cual va a ser el coste total de nuestro ocio. No cabe ninguna duda que cada día son más las familias que se incorporan a eso que otros definen como: viajes de aventura. Visitar países y lugares, mochila en mano o con un equipaje reducido, cuanto más lejos de nuestras fronteras mejor; incorporarse a los grupos organizados por los “tour operadores” y, añadiremos también, la creciente utilización de los cruceros.

Sin embargo, otros continúan con la idea de la localización única: elegir un apartamento, hotel, etc.. y descansar. Excepto esta última, todas las anteriores opciones dan respuesta para resolver el “problema” de los niños. 

Descubrí Cambrils Park Resort el pasado año. Los niños, en este caso mis nietos, necesitaban de un espacio donde se pudieran divertir de continuo; donde la diversidad de opciones no hiciese aburrida su estancia, y donde los mayores pudieran participar con ellos aunando el más alto concepto de seguridad. Misión cumplida.

Cambrils y Salou son las poblaciones más renombradas de la Costa Dorada tarraconense. Sobre un terreno que ocupa 19 Ha., y en continuas fases de ampliación y modernización, se han construido diferentes áreas temáticas dentro del mismo complejo.

Los bungalows Aloha, las cabañas de zona de Polinesía, las villas y bungalows de Villa Bonita, el Caribbean Port y la Mediterránea, casas blancas al estilo propio de esta zona. A todo esto se le une cuatro áreas diferentes de piscinas, todas ellas adaptadas para los más peques y con socorristas durante toda la jornada.

 El servicio de restauración está perfectamente asegurado. No es solo por el supermercado existente en el complejo, con unos precios no muy alejados de los standard, sino que en el Restaurante La Masía, o en El Pescador, podemos comer a la carta; o decantarnos por el Buffet de cada una de las piscinas y, por último, acceder al Take Away.

Todos los apartamentos, bungalows o villas son modernos, perfectamente climatizados y con jardín propio dentro de un espacio común. Varían desde los 46 a los 65 m2, y su equipamiento, hasta el último detalle, es completo.  Existe un servicio de limpieza diario. ¡¡Ahh, se me olvidaba!!, existe conexión wifi gratuita en todo el complejo aún cuando, en ocasiones, se ralentiza.

Pero si cabe, y dado que como Cambrils Park Resort resalta “los niños son nuestros principales clientes”, se ha de destacar el servicio y estupendo equipo de animación para con los chavales. Actividades de entretenimiento y juegos compartidos, talleres de manualidades, pasacalles, maquillaje y, todos los días, Disco Party.

Es esta otra forma diferente de disfrutar de nuestras vacaciones, y quizás poco frecuente en mis publicaciones. No es solo un gesto autocrítico. Está muy bien publicar destinos más o menos exóticos, alejados, aventureros y soñados pero, también, existen otras maneras de acometer nuestro ocio aunque sea de esa forma mal llamada “tradicional” por no decir ¿pero, que hacemos con los niños?.

En Cambrils Park Resort tienes una respuesta adecuada a esta pregunta. Eso sí, como siempre, disfrútalo con salud ciudadano viajero.